A veces abro la boca
Y no escucho nada
A veces escucho palabras
Que son extrañas
Me escucho a mi mismo decir bobadas
Con tanta frecuencia que ya no me extraña
Pero nunca me escucho pidiendo perdón
De hecho, son más las veces
Que pienso en lo que pude haber evitado decir
Que en lo que dije que pudo herir
Siempre termino pensando
Que alguien más habla por mi
Que cada vez que lastimó a alguien
No soy yo
Sino un ventrílocuo que decidió intervenir
Así duermo mejor
Cuando pienso en tí.
Nunca le digas a alguien que lo amas con el estómago lleno o el corazón vacío.
A veces la palabra «te amo» aligera las cargas o llena espacios, pero al final del día solo quedaran dudas y regazos.
¿Porqué tuviste que decir te amo?